Bienvenidos a “La Casita de los Pájaros”, un alojamiento rural en un edificio registrado en 1890 y rehabilitado, donde hemos querido mantener la esencia de la construcción y sus materiales, sin perder de vista las comodidades que se requieren en la actualidad.

 

La casa del tío Felipe, es como conocimos esta casa antes de rebautizarla. Una casa de estilo tradicional, que se había quedado quietecita y observando desde el siglo XIX, con un único avance en la modernidad: un baño en el lugar donde se pudo y un pequeño calentador a gas.


Las piedras de las paredes, que llevaban años tapadas bajo una capa de cemento han vuelto a resurgir en la rehabilitación, mostrándonos el duro trabajo de los hombres y mujeres, que hicieron posible la construcción de su casa para perdurar. A medida que salía la piedra, se notaba su recia personalidad y atraía las miradas de nuestros vecinos, que no recordaban como era en su origen.

Piedra, madera y adobe son los materiales con los que se construye en el Valle del Alberche. Piedra de granito, madera de pino o castaño y los ladrillos de adobe, que aligeran la estructura.

 

En “La Casita de los Pájaros”, tuvimos la suerte de encontrarnos una de esas paredes de adobe, una pared singular – torcida – porque con los años había ido cediendo hacia la izquierda. Primero había que estabilizarla, con una estructura de pilares, vigas de hierro y el cable de acero y después... a disfrutar de la rehabilitación, quitando todo el yagueado viejo, limpiando los ladrillos y volviendo a yaguear, para después tratar la madera y sellar el adobe para no perder ni una pizca de su arena.

 

De madera era la viguería de los techos y aunque en principio nos dio la sensación de estar afectada por la carcoma y tuvimos que utilizar madera nueva, después analizamos que si bien hubo carcoma, fue superficial y ya no estaba activa. Alguna de esa madera, tras un tratamiento preventivo, la utilizamos como cargaderos de las ventanas, la estructura de la cocina, hicimos pequeños muebles, balaustradas y lo que nuestra imaginación y habilidad nos permitieron.

De madera son también nuestra ventanas, que han seguido la estética y los colores de la casa, con unos fraileros que además de funcionales, son un guiño a las tradicionales ventanas de la época de construcción de la casa.

 

Además de los materiales que se han rescatado, en “La Casita de los Pájaros”, se ha logrado conservar una bodega familiar tradicional, de las poquitas que van quedando en San Martín de Valdeiglesias, ya que en tiempos modernos, menos familias han continuado con la tradición de elaborar su propio vino y se han ido derruyendo o vendiendo como elemento decorativo en el mejor de los casos.

Nuestra bodega está compuesta por diez magníficas tinajas de barro en las que se leen varias inscripciones, como fecha de construcción, localidad de fabricación, artesanos... Es sorprendente que - de un elemento tan grande y de un material en principio delicado como el barro- tengamos una muestra tan singular.

 

 

La inspiración para la decoración en “La Casita de los Pájaros” ha sido la Naturaleza y su belleza sutil: Cada delicado ser que forma el ecosistema del Valle del Alberche y, en nuestro caso, los pájaros de la zona con sus diferentes colores,  unas veces casi mimetizados con el paisaje y otras, desbordando color para atraer  las miradas de los que quieren observar...

Cada espacio es un pájaro, que vas a poder ver en el entorno de nuestro municipio: Petirrojos, abejarucos, carboneros, jilgueros, herrerillos, mirlos... todos están y a todos los vemos en distintas épocas del año y hemos querido inspirarnos en sus colores para hacer que cada espacio de “La Casita de los Pájaros” fuera único y distinto de las demás.

 

Bienvenidos a nuestra historia...